jueves, 6 de mayo de 2010

ESPACIO PARA SU POESÍA 2IM11

18 comentarios:

  1. MARIO BENEDETTI


    La culpa es de uno

    Quizá fue una hecatombe de esperanzas
    un derrumbe de algún modo previsto
    ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido
    Todas mis intuiciones se asomaron
    para verme sufrir
    y por cierto me vieron
    Hasta aquí había hecho y rehecho
    mis trayectos contigo
    hasta aquí había apostado
    a inventar la verdad
    pero vos encontraste la manera
    una manera tierna
    y a la vez implacable
    de desahuciar mi amor
    Con un solo pronostico lo quitaste
    de los suburbios de tu vida posible
    lo envolviste en nostalgias
    lo cargaste por cuadras y cuadras
    y despacito
    sin que el aire nocturno lo advirtiera
    ahí nomas lo dejaste
    a solas con su suerte
    que no es mucha
    Creo que tenes razón
    la culpa es de uno cuando no enamora
    y no de los pretextos
    ni del tiempo
    Hace mucho muchísimo
    que yo no me enfrentaba
    como anoche al espejo
    y fue implacable como vos
    mas no fue tierno
    Ahora estoy solo
    francamente
    solo
    Siempre cuesta un poquito
    empezar a sentirse desgraciado
    Antes de regresar
    a mis lóbregos cuarteles de invierno
    Con los ojos bien secos
    por si acaso
    Miro como te vas adentrando en la niebla
    y empiezo a recordarte.

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  2. MARIO BENEDETTI


    La culpa es de uno

    Quizá fue una hecatombe de esperanzas
    un derrumbe de algún modo previsto
    ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido
    Todas mis intuiciones se asomaron
    para verme sufrir
    y por cierto me vieron
    Hasta aquí había hecho y rehecho
    mis trayectos contigo
    hasta aquí había apostado
    a inventar la verdad
    pero vos encontraste la manera
    una manera tierna
    y a la vez implacable
    de desahuciar mi amor
    Con un solo pronostico lo quitaste
    de los suburbios de tu vida posible
    lo envolviste en nostalgias
    lo cargaste por cuadras y cuadras
    y despacito
    sin que el aire nocturno lo advirtiera
    ahí nomas lo dejaste
    a solas con su suerte
    que no es mucha
    Creo que tenes razón
    la culpa es de uno cuando no enamora
    y no de los pretextos
    ni del tiempo
    Hace mucho muchísimo
    que yo no me enfrentaba
    como anoche al espejo
    y fue implacable como vos
    mas no fue tierno
    Ahora estoy solo
    francamente
    solo
    Siempre cuesta un poquito
    empezar a sentirse desgraciado
    Antes de regresar
    a mis lóbregos cuarteles de invierno
    Con los ojos bien secos
    por si acaso
    Miro como te vas adentrando en la niebla
    y empiezo a recordarte.

    ARELLANO TORRES SERGIO AARON 2IM5

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  3. Alaba los ojos negros de Julia

    ¿Eva era rubia? No. Con negros ojos
    vio la manzana del jardín: con labios
    rojos probó su miel; con labios rojos
    que saben hoy más ciencia que los sabios.

    Venus tuvo el azur en sus pupilas,
    pero su hijo no. Negros y fieros,
    encienden a las tórtolas tranquilas
    los dos ojos de Eros.

    Los ojos de las reinas fabulosas,
    de las reinas magníficas y fuertes,
    tenían las pupilas tenebrosas
    que daban los amores y las muertes.

    Pentesilea, reina de amazonas;
    Judith, espada y fuerza de Betulia;
    Cleopatra, encantadora de coronas,
    la luz tuvieron de tus ojos, Julia.

    La negra, que es más luz que la luz blanca
    del sol, y las azules de los cielos.
    Luz que el más rojo resplandor arranca
    al diamante terrible de los celos.

    Luz negra, luz divina, luz que alegra
    la luz meridional, luz de las niñas,
    de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
    que hace cantar a Pan bajo las viñas!

    Rubén Darío

    Diana Reyes Hernández 2IM11

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  4. GIAN FRANCO PAGLIARO


    Te Amo

    Te amo
    Te amo de una manera inexplicable.
    De una forma inconfesable.
    De un modo contradictorio.
    Te amo
    Con mis estados de ánimo que son muchos,
    y cambian de humor continuamente.
    Por lo que ya sabes,
    El tiempo.
    La vida.
    La muerte.

    Te amo
    con el mundo que no entiendo.
    Con la gente que no comprende.
    Con la ambivalencia de mi alma.
    Con la incoherencia de mis actos,
    Con la fatalidad del destino.
    Con la conspiración del deseo.
    Con la ambigüedad de los hechos.
    Aún cuando te digo que no te amo, te amo.
    Hasta cuando te engaño, no te engaño.
    En el fondo, llevo a cabo un plan,
    para amarte... mejor.
    Pues, aunque no lo creas, mi piel
    extraña enormemente
    la ausencia de tu piel.

    Te amo.
    Sin reflexionar, inconscientemente,
    irresponsablemente,
    espontáneamente,
    involuntariamente,
    por instinto,
    por impulso,
    irracionalmente.
    En efecto no tengo argumentos lógicos,
    ni siquiera improvisados
    para fundamentar este amor que siento por ti,
    que surgió misteriosamente de la nada,
    que no ha resuelto mágicamente nada,
    y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
    ha mejorado lo peor de mi.

    Te amo.
    Te amo con un cuerpo que no piensa,
    con un corazón que no razona,
    con una cabeza que no coordina.
    Te amo
    incomprensiblemente.
    Sin preguntarme, por qué te amo.
    Sin importarme por qué te amo.
    Sin cuestionarme por qué te amo.
    Te amo
    sencillamente porque te amo.
    Yo mismo no se por qué te amo.

    Suárez Martínez Victor Hugo 2IM11

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  5. Cada Segundo


    Cada segundo que pasa
    Se acerca más el momento
    De tenerte entre mis brazos
    De expresarte lo que siento

    Cada segundo que pasa
    Tengo la necesidad
    De mirarte y admirarte
    Pues te quiero de verdad

    Cada segundo que pasa
    Voy muriendo por tu amor
    Y me voy dando más cuenta
    De que tú eres lo mejor

    Cada segundo que pasa
    Yo vivo y muero por ti
    Y no descanso un segundo
    Hasta que estoy junto a ti

    Cada segundo que paso
    A tu lado, es una suerte
    Poder tenerte y amarte
    Y sentir tu amor tan fuerte

    Cada segundo que paso
    A tu lado, es un orgullo
    Sueño con llegar al cielo
    Mientras siento que soy tuya

    Cada segundo a tu lado
    Me siento la dueña del mundo
    Por que sintiéndote así
    Soy feliz cada segundo

    Cada segundo que sueño
    Cada segundo que río
    Haces que sea el mejor
    Contigo cariño mío

    Cada segundo yo quiero
    Estar pendiente de ti
    Y que me sigas haciendo
    Cada segundo, feliz

    Rodríguez Martínez Karla Beatriz 2IM11

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  6. EL TORBELLINO
    «Espíritu que naufraga
    en medio de un torbellino,
    porque manda mi destino
    que lo que no quiero haga;

    »frente al empuje brutal
    de mi terrible pasión,
    le pregunto a mi razón
    dónde están el bien y el mal;

    »quién se equivoca, quién yerra;
    la conciencia, que me grita:
    ¡Resiste!, llena de cuita,
    o el titán que me echa en tierra.

    »Si no es mío el movimiento
    gigante que me ha vencido,
    ¿por qué, después de caído,
    me acosa el remordimiento?

    »La peña que fue de cuajo
    arrancada y que se abisma,
    no se pregunta a sí misma
    por qué cayó tan abajo;

    »mientras que yo, ¡miserable!,
    si combato, soy vencido,
    y si caigo, ya caído
    aún me encuentro culpable,

    »¡y en el fondo de mi mal,
    ni el triste consuelo siento
    de que mi derrumbamiento
    fue necesario y fatal!»

    Poemas de Amado Nervo

    Duran Torres Felipe 2IM11

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  7. Te amo

    Amo cada instante que paso contigo;
    amo cada sonrisa que me dejas sentir;
    amo cada mirada que me pierde;
    amo cada centímetro de tu piel juvenil.
    Amo tus labios que me hacen temblar;
    amo tus ojos que el cielo me dan;
    amo tus momentos de risa y enojo;
    amo tus caricias que no he de gozar.
    Amo tu nobleza sin par;
    amo tu humildad que me hace pensar;
    amo tu pasión al momento de actuar;
    amo tu belleza que me llega a extasiar.
    Amo la dulzura que despide tu ser;
    amo la sensación de llegarte a querer;
    amo la tristeza de no poderte amar;
    amo la armonía que me haces desear.
    Amo el deseo de tenerte entre mis brazos;
    amo el porvenir que pudiera tener junto a ti;
    amo el sueño donde te poseo sin fin;
    amo el delirio que es vivir por y para ti.
    Amo este sueño, inútil quimera;
    amo el cielo y el infierno que se desatan en mí;
    amo el haberte conocido;
    amo el sentimiento de amarte así.


    sanchez pardo luis enrique 2IM11

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  8. Humberto Garza

    SIN RUMBO

    Vamos sin paradero como todas las cosas,
    tropezando en los cuerpos de minutos vacíos;
    nos oprime el fulgor más actual de las rosas
    y el faraón vehemente que oprimió a los judíos.

    Enloqueció la noche al saberme contigo,
    luego besó la estatua del ángel congelado.
    El resto de la historia quedó en el tibio abrigo
    del girasol que brilla en mi verso extenuado.

    Al norte de mis ojos brillan menos las lunas,
    allí es directa y simple la torpe humanidad;
    nace en la incertidumbre de solitarias cunas
    y nadie se adjudica su patria potestad.

    De niño hice trabajos en madera labrada
    y cubrí ciertas partes con azul terciopelo.
    Hoy mi navaja blanca por el tiempo afilada
    esculpe otras figuras en pedazos de cielo.

    Se va poniendo el sur... de un brillante más claro,
    mientras lluvias irrigan la fiebre de la mente.
    Todo principio ha sido; frígidamente raro,
    tímidamente gris, y ásperamente hiriente.

    Se quema la mañana de mi angustiada aurora,
    nadie puede salvar su cuerpo de neblina.
    El abdomen de nubes de sombra protectora;
    hoy con ardientes rayos me busca y asesina.

    Hemos perdido todo sin renunciar a nada;
    lo nuestro fue combate de esfuerzos infinitos.
    Porque yo fui tu adepto y tú mi eterna aliada
    jamás abandonamos nuestros mutuos circuitos.

    Nieto Montoya Carlos 2IM11

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  9. Pablo Neruda
    WALKING AROUND
    Sucede que me canso de ser hombre.
    Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
    marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
    navegando en un agua de origen y ceniza.

    El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
    Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
    sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
    ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

    Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
    y mi pelo y mi sombra.
    Sucede que me canso de ser hombre.

    Sin embargo sería delicioso
    asustar a un notario con un lirio cortado
    o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
    Sería bello
    ir por las calles con un cuchillo verde
    y dando gritos hasta morir de frío.

    No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
    vacilante, extendido, tiritando de sueño,
    hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
    absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

    No quiero para mí tantas desgracias.
    No quiero continuar de raíz y de tumba,
    de subterráneo solo, de bodega con muertos,
    aterido, muriéndome de pena.

    Por eso el día lunes arde como el petróleo
    cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
    y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
    y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

    Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
    a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
    a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
    a calles espantosas como grietas.

    Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
    colgando de las puertas de las casas que odio,
    hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
    hay espejos
    que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
    hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

    Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
    con furia, con olvido,
    paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
    y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
    calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias.

    ARCHUNDIA DUARTE CARLOS 2IM11

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  10. En paz

    amado nervo

    Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
    porque nunca me diste ni esperanza fallida,
    ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

    Porque veo al final de mi rudo camino
    que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

    Que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
    fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
    cuando planté rosales coseché siempre rosas.

    Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
    ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

    Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
    mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
    y en cambio tuve algunas santamente serenas...

    Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
    ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

    JOSE PEREZ ULISES 2IM11

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  11. OCTAVIO PAZ


    Entre Irse y Quedarse

    Entre irse y quedarse duda el día,
    enamorado de su transparencia.

    La tarde circular es ya bahía:
    en su quieto vaivén se mece el mundo.

    Todo es visible y todo es elusivo,
    todo está cerca y todo es intocable.

    Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
    reposan a la sombra de sus nombres.

    Latir del tiempo que en mi sien repite
    la misma terca sílaba de sangre.

    La luz hace del muro indiferente
    un espectral teatro de reflejos.

    En el centro de un ojo me descubro;
    no me mira, me miro en su mirada.

    Se disipa el instante. Sin moverme,
    yo me quedo y me voy: soy una pausa.

    Velasco Martinez Astrid Aimee 2IM11

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  12. Pablo Neruda - La canción desesperada
    Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
    El río anuda al mar su lamento obstinado.

    Abandonado como los muelles en el alba.
    Es la hora de partir, oh abandonado!

    Sobre mi corazón llueven frías corolas.
    Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

    En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
    De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

    Todo te lo tragaste, como la lejanía.
    Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

    Era la alegre hora del asalto y el beso.
    La hora del estupor que ardía como un faro.

    Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
    turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

    En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
    Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

    Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
    Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

    Hice retroceder la muralla de sombra,
    anduve más allá del deseo y del acto.

    Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
    a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

    Como un vaso albergaste la infinita ternura,
    y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

    Era la negra, negra soledad de las islas,
    y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

    Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
    Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

    Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
    en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

    Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
    el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

    Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
    aún los racimos arden picoteados de pájaros.

    Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
    oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

    Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
    en que nos anudamos y nos desesperamos.

    Y la ternura, leve como el agua y la harina.
    Y la palabra apenas comenzada en los labios.

    Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
    y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

    Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
    qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

    De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
    De pie como un marino en la proa de un barco.

    Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
    Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

    Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
    descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

    Es la hora de partir, la dura y fría hora
    que la noche sujeta a todo horario.

    El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
    Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

    Abandonado como los muelles en el alba.
    Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

    Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

    Es la hora de partir. Oh abandonado!

    MENDEZ JIMENEZ ADRIAN 2IM11

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  13. EDWIN ALAN GARCIA CHAO

    TE ESPERO-MARIO BENEDETTI

    Te espero cuando la noche se haga día,
    suspiros de esperanzas ya perdidas.
    No creo que vengas,
    lo sé, sé que no vendrás.

    Sé que la distancia te hiere,
    sé que las noches son más frías,
    sé que ya no estás.

    Creo saber todo de ti.
    Sé que el día de pronto se te hace noche:
    sé que sueñas con mi amor,
    pero no lo dices,
    sé que soy un idiota al esperarte,
    pues sé que no vendrás.

    Te espero cuando miremos al cielo de noche:
    tu allá,
    yo aquí,
    añorando aquellos días
    en los que un beso marcó la despedida,
    quizás por el resto de nuestras vidas.

    Es triste hablar así.
    Cuando el día se me hace de noche,
    y la luna oculta ese sol tan radiante,
    me siento sólo, lo sé;
    nunca supe de nada tanto en mi vida,
    solo sé que me encuentro muy sólo,
    y que no estoy allí.

    Mis disculpas por sentir así,
    nunca mi intención ha sido ofenderte.
    Nunca soñé con quererte,
    ni con sentirme así.

    Mi aire se acaba como agua en el desierto,
    mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
    Mi esperanza de vivir eres tu,
    y no estoy allí.
    ¿Por qué no estoy allí?,
    te preguntarás...
    ¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
    Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí,
    porque todas las noches me torturo pensando en ti.
    ¿Por qué no sólo me olvido de ti?
    ¿Por qué no vivo sólo así?
    ¿Por qué no sólo...?

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  14. Pablo Neruda: Puedo escribir los versos

    Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
    "La noche está estrellada,
    y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
    El viento de la noche gira en el cielo y canta.
    Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
    Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
    En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
    La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
    Ella me quiso, a veces yo también la quería.
    Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
    Puedo escribir los versos más tristes esta noche y
    Pensar que no la tengo. Y Sentir que la he perdido.
    Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
    Y el verso cae al alma como al pasto como el pasto al rocío.
    Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
    La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
    Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
    Mi alma no se contenta con haberla perdido.
    Como para acercarla mi mirada la busca.
    Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
    La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
    Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
    Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
    Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
    De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
    Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
    Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
    Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
    Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
    mi alma no se contenta con haberla perdido.
    Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
    y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

    GÓMEZ FERNÁNDEZ JOSÉ
    2IM11

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  15. castillo herrera nancy
    CON TAN POCO

    Me hubiese bastado con tan poco
    Tan solo un gesto, una mirada
    Una llamada, un simple murmullo
    Y me hubiese quedado rendida.

    Sin embargo el adiós fue inevitable
    En tus ojos seguía el brillo radiante
    Pero ya no había encuentros inolvidables
    Tampoco ese espacio que inventaste
    Cuando rendido decías adorarme.

    Ya no era la misma ilusión
    Se fue apagando, ya tenías otras
    Prioridades, y yo salí de tu corazón
    Mirándolo en silencio, sin palabras.

    Mi ser gritaba esto es amor
    Y no cualquiera lo encuentra
    Y mis labios no lo pudieron decir
    Porque también respeté tú silencio.

    Ahora se que también me amaste
    Pero te faltó valor para defender
    Ese amor tan grande.

    Me hubiese bastado con tan poco
    Pero hoy es demasiado tarde
    Ya mis ojos tienen otro brillo
    Y mi camino una senda.

    Anamari

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  16. Perez Morales Yair

    AUTOR: Pablo Neruda

    La estudiante

    Oh tú, más dulce, más interminable
    que la dulzura, carnal enamorada
    entre las sombras: de otros días
    surges llenando de pesado polen
    tu copa, en la delicia.

    Desde la noche llena
    de ultrajes, noche como el vino
    desbocado, noche de oxidada púrpura
    a ti caí como una torre herida,
    y entre las pobres sábanas tu estrella
    palpitó contra mí quemando el cielo.

    Oh redes del jazmín, oh fuego físico
    alimentado en esta nueva sombra,
    tinieblas que tocamos apretando
    la cintura central, golpeando el tiempo
    con sanguinarias ráfagas de espigas.

    Amor sin nada más, en el vacío
    de una burbuja, amor con calles muertas,
    amor, cuando murió toda la vida
    y nos dejó encendiendo los rincones.

    Mordí mujer, me hundí desvaneciéndome
    desde mi fuerza, atesoré racimos,
    y salí a caminar de beso en beso,
    atado a las caricias, amarrado

    A esta gruta de fría cabellera,
    a estas piernas por labios recorridas:
    hambriento entre los labios de la tierra,
    devorando con labios devorados.

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  17. García Contreras Ulises Muricio
    2IM11

    "SOLO EL AMOR DE UNA MADRE"

    Sólo el amor de una Madre apoyará,
    cuando todo el mundo deja de hacerlo.

    Sólo el amor de una Madre confiará,
    cuando nadie otro cree.

    Sólo el amor de una Madre perdonará,
    cuando ninguno otro entenderá.

    Sólo el amor de una Madre honrará,
    no importa en qué pruebas haz estado.

    Sólo el amor de una Madre resistirá,
    por cualquier tiempo de prueba.

    No hay ningún otro amor terrenal,
    más grande que el de una Madre.

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  18. castro becerril luis

    BALADA CATALANA
    Balada Catalana
    Rugiente pasión ardía
    en el alma del doncel;
    fuera de Ella nada había
    en el mundo, para él.

    -¡Lo que a tu capricho cuadre
    -dijo a su amada- lo haré;
    si las joyas de mi madre
    me pides, te las daré.

    Y ella, infame como hermosa,
    dijo en horrible fruición:
    -¿Sus joyas? ¡Son poca cosa!
    ¡Yo quiero su corazón!

    En fuego impuro él ardiendo
    hacia su madre corrió
    y al punto su pecho abriendo
    el corazón le arrancó.

    Tan presuroso volvía
    la horrible ofrenda a llevar,
    que, tropezando en la vía,
    fue por el suelo a rodar.

    Y brotó un acento blando
    del corazón maternal,
    al ingrato preguntando:
    -Hijo, ¿no te has hecho mal?

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